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Antes de existir las croquetas los perros cazaban su comida. Pero por azares del destino, los canes rondaban las tribus de humanos y comían los desperdicios y es así como comenzó la domesticación de estos cuadrúpedos, según algunos historiadores.
Muchos pensaremos “Son carnívoros y su aparato digestivo está diseñado para comer carne cruda”, pero al ir de los años, su dieta se ha ampliado enormemente. Para facilitarnos las cosas vamos al súper, compramos el costal de croquetas que toda la vida le hemos ofrecido a nuestro can y listo, ya tiene alimento por un mes. Bueno, de todas las dietas comerciales, solo unas cuantas nutren de verdad a nuestra mascota. Algunos expertos han llegado a atribuir ciertas enfermedades a la mala alimentación que estamos acostumbrados a ofrecerle a nuestro peludo amigo, como por ejemplo, ciertas fallas renales, patologías cardiacas, tumores, etc., que afirman antes no se presentaban con tanta frecuencia y que curiosamente en esta época en lo cual lo enlatado, empaquetado y ya preparado es lo más consumido se ha ido incrementando la presentación de dichas enfermedades.
Por este y otros motivos hay propietarios y veterinarios que prefieren el alimentar a sus mascotas con productos frescos y naturales (carne, hueso, frutas, verduras, etc.), si ya antes habías escuchado hablar de estas dietas y el problema reside en la falta de tiempo para prepararlas, ya hay varias mini empresas que se dedican a venderte el platillo preparado. Es de esperar que se tengan muchas dudas al respecto, sobre todo al tratarse de productos frescos, que si le puede hacer daño, ¿lo pueden infestar de parásitos el ingerir crudos? En internet puedes encontrar bastante información sobre pros y contras de la dieta BARF (acrónimo de Biologically Appropriate Raw Food), sobre cómo preparar una dieta balanceada y nutritiva, pero asegúrate de que la información provenga de una fuente confiable.